Tao Te Ching

El Tao Te Ching es una obra difícil de clasificar. ¿Metafísica? ¿Ética? ¿Mística? ¿Política? ¿Tal vez, una cosmología? Hay, sin embargo, coincidencia en algo: resulta absolutamente necesaria para conocer en profundidad el pensamiento chino. Como expresa el traductor de la versión que aquí se ofrece, quizá contenga todas esas disciplinas pero no trate de ninguna de ellas en particular: las encierra en un todo y las expresa en un lenguaje pleno de paradojas y metáforas, conciso y ambiguo, que afirma desde la negación. El Tao Te Ching no puede ser clasificado, porque, al adjudicarle alguna categoría, se eliminan otras, y con ello la vital riqueza que lo define. El texto, que se atribuye tradicionalmente a Lao Tse, fue compuesto, probablemente, entre los siglos IV y II a. C., y puede considerarse un compendio del pensamiento taoísta desde sus orígenes. Si el Tao Te Ching es pensamiento total, si todo se une en el Tao: práctica política y sapiencia, metafísica y cosmología, ética y religión, valdrá la pena seguir esa vía, salvar los recodos de la metáfora y la paradoja que nos esperan en el trayecto, y hacer que surja la luz de su verdad, brillante en el horizonte.