Rara vez la vida nos basta. Rara vez logramos vivir reposadamente el espíritu de nuestra propia vida. La mayoría de las veces, qué, dónde y cómo vivimos parecen cuestiones nimias, insignificantes, banales y deprimentemente domésticas. Rara vez reparamos en si sentimos hambre o sueño, frío o calor. Rara vez saboreamos el café que bebemos. Solemos atravesar nuestros días demasiado preocupados, apremiados e insatisfechos como para poder estar realmente presentes y celebrar nuestra existencia. Parecería que siempre estamos de algún modo perdiéndonos la vida. Sumados a este desasosiego, están el miedo y la culpa. Vivimos siempre con temor a perder la vida, la salud, a nuestros seres queridos, nuestro empleo, nuestras certezas, nuestra juventud, el respeto, y a perdernos a nosotros mismos... A su vez, nuestra vida está siempre teñida de culpa frente a las cosas que hicimos mal, las que no hemos realizado y, en ocasiones, sencillamente por estar vivos, sanos y disfrutando de los placeres de la vida. A pocos de nosotros la vida nos resulta sencilla. Podríamos comprender con toda claridad las palabras de san Pablo cuando dice: "Ahora vemos en un espejo, en enigma." Vivimos como en un enigma, alejados de nuestro verdadero hogar, anhelando comprender y ser comprendidos más cabalmente. Poco a poco, el peregrinaje comienza a fatigarnos. Deseamos regresar a casa. Este libro presenta una serie de reflexiones que intentan, desde diferentes perspectivas, arrojar luz sobre estos problemas. En esencia, se trata de ayudar al peregrino a regresar a su hogar.
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Indice | Prefacio 7 Agradecimientos 9 1. La inquietud, el espíritu y el martirio de la oscuridad 11 2. La sinfonía inconclusa: los sueños y la amistad 35 3. Pasión, amor y sexo 59 4. Mantener el fuego en la mirada: la pérdida y la recuperación de la inocencia 85 5. La oración y el monacato en la vida cotidiana 113 6. Vivir en la misericordia: Dios y los huevos revueltos 139 7. Tocar el ruedo del manto: Reconciliación y Eucaristía 159 8. Recibir el Espíritu en nuestras propias vidas: el misterio pascual, la espera y la castidad 179 9. En la debilidad, la fuerza 197 10. El seno de Dios no es un gueto: el catolicismo y la justicia 215 11. Interpretando los signos de los tiempos: mantener el equilibrio propio en un mundo complejo 235 12. La muerte lo purifica todo: la comunión de los santos 257 13. No es bueno que el hombre esté solo: la comunidad y la Iglesia 277 Epílogo. Mandamientos para el largo trayecto 291 |