En esta obra se pretende descubrir el potencial constructivo, didáctico y creativo del error, frente a su habitual carácter sancionador. Es un tema que, teniendo enorme trascendencia práctica en la enseñanza, y más concretamente en la evaluación, apenas cuenta con estudios relevantes.
El error puede ser utilizado como una estrategia innovadora para aproximar la teoría y la práctica, para pasar de un enfoque de resultados a uno de procesos, de una pedagogía del éxito a una «didáctica del error», de la enseñanza de contenidos al aprendizaje de procesos.
El autor nos ofrece una obra interesante, innovadora, en la cual explicita que la utilización del error ha de entenderse como una herramienta conceptual que se precisa ante los conceptos concretos, como un vehículo que acorta las distancias entre realizaciones e intenciones.