Esquiú

"¡Cómo es verdad que, a los que nos falta el amor, nos falta igualmente la comprensión de las cosas más sencillas de la vida espiritual!" (Esquiú) Hablar hoy de Esquiú no es tarea fácil, pues nos encontramos ante un hombre que, aunque intentara negarlo, tuvo la comprensión de las cosas más sencillas y a la vez profundas de la vida espiritual y la vivencia del verdadero amor. Fray Mamerto Esquiú es justamente una de esas personas que, si bien vivieron en el pasado, aún hoy pueden ser modelo de vida y enseñarnos a enfrentar los acontecimientos y situaciones que presenta el mundo contemporáneo. Para nosotros, americanos, buscadores hoy como nunca de nuestra identidad en el concierto de las naciones, vienen muy a propósito las palabras que Esquiú pronunciara en cierta ocasión: "Soy hijo de América, no cedo a nadie en amarla, mi corazón late de puro entusiasmo por la dignidad del hombre y de los pueblos, porque creo y amo la infinita dignidad de Jesucristo." Al elegir el título Esquiú. Una experiencia de santidad, pensamos que la mayor aspiración que puede tener el hombre es llegar a vivir el amor en plenitud, alcanzar la experiencia que va más allá del tiempo y escapa a los criterios humanos, y esto es, sencillamente, la vivencia de la santidad.