"Muchos cristianos siguen viviendo como lo hicieron los Apóstoles en la etapa que siguió a la resurrección de Cristo y precedió al día de Pentecostés" (P. G. Lagrange). En muchos fieles el don del Espíritu Santo aún no ha actuado, como sucedió con aquéllos antes del acontecimiento de Pentecostés. Les falta el "bautismo en el Espíritu", que no reemplaza los sacramentos del bautismo o la confirmación, sino que los supone. Pero es necesario revivir y poner en actividad el rico potencial de gracia que Dios confiere a cada uno, según la propia vocación y el carisma personal del estado de vida. El autor de la presente obra, El Señor sana, se propone actualizar el tema del "bautismo en el Espíritu" a través de los sacramentos de la unción de los enfermos y la reconciliación. Son dos sacramentos importantes, instituidos por el Señor y mediante los cuales Él nos sana, nos concede la paz interior, nos hace sentir que nos ama, nos sana también físicamente, nos enseña a orar con fe para obtener la liberación interior, espiritual y corporal mediante el poder divino. "Si es que habéis oído hablar de él y en él habéis sido enseñados conforme a la verdad de Jesús a despojaros, en cuanto a vuestra vida anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias, a renovar el espíritu de vuestra mente, y a revestiros del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad" (Ef 4, 21-24).