El mensaje de Guadalupe

Tapa Blanda
El 9 de diciembre de 1531 la Madre de Dios se apareció ante el indígena Juan Diego en la colina mexicana de Tepeyac, dando comienzo a la larga historia de amor maternal entre María, la Madre de Dios, y cada uno de sus hijos más pequeños.
El mensaje de Guadalupe
Sello: Lumen
ISBN: 987-00-0089-4
Páginas: 48
Año: 2001
Autor: Equipo editorial
Disponibilidad: Disponible
Precio: $5.250,00
Cant.:  

Sucedió un 9 de diciembre de 1531, en una colina llamada Tepeyac, en México. Un indígena pobre, de edad mediana, de nombre Juan Diego, se hallaba en camino hacia la iglesia, cuando se sintió maravillado ante el sonido de una música bellísima. Y, escuchó, una voz de mujer que lo llamaba por su nombre. La Señora que habló a Juan Diego se identificó a sí misma como "Santa María Virgen, Madre de Dios, del Teolt". Llevaba por vestido un túnica indígena adornada con símbolos aztecas y portaba el cinto negro propio de las mujeres embarazadas. No hablaba español, el lenguaje de los conquistadores, sino náhuatl, el idioma del propio Juan Diego. Así comenzaba la larga historia de amor maternal entre María, la Madre de Dios, y cada uno de sus hijos más pequeños. Una historia de comprensión, de cercanía, de filialidad. Quiera Dios que el lector de los textos de este libro perciba, a través de éstos, el perfume santo de la Reina de las flores, y la imagen siempre viva de la Madre celestial quede impresa, de modo indeleble, en su corazón de hijo.

Indice
Indice
Introducción 3
Cuando el Cielo bajó a la Tierra 5
Madre del Dios Teotl 13
Conversión del corazón 21
Madre de la belleza 31
La imagen de la Morenita 37 
Capítulo
Capítulo
Oración

¡Oh purísima Virgen de Guadalupe! Alcanzadme de tu divino Hijo el perdón de mis pecados, bendición para mi trabajo, remedio a mis enfermedades y necesidades, y todo lo que Tú creas conveniente pedir para mí y mi familia. ¡Oh santa Madre de Dios!, no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, ¡oh Virgen llena de gloria y de bendición!

Por Cristo nuestro Señor,
Así sea