El camino de la iluminación

El bautismo según los Padres griegos
El sacramento del Bautismo realiza en el hombre la misma Pascua de Cristo: muerte al pecado y resurrección a una nueva vida. Los Padres griegos exponen con claridad el rito, los símbolos y el significado teológico del sacramento de la iluminación.
El camino de la iluminación
Sello: Lumen
ISBN: 978-987-00-0751-7
Páginas: 192
Año: 2008
Autor: Varios
Disponibilidad: Disponible
Precio: $10.450,00
Cant.:  

Los Padres griegos han dado gran relieve a la catequesis bautismal en la preparación de los candidatos al sacramento del bautismo. Los catecúmenos eran catequizados primeramente en las verdades de la fe apostólica, y luego sobre el significado teológico del misterio de la iniciación cristiana (bautismo, confirmación y eucaristía). Ellos comentaban la Biblia y el simbolismo de los ritos, y pedían la conversión del corazón para que la vida sea digna del sacramento. La catequesis está centrada en torno al Evangelio y a la vida que, con la purificación e iluminación sacramental, tiene que ser transformada por la vivencia de las virtudes evangélicas y no arrastrada por las vanidades mundanas.

Indice
Indice
Presentación 5
San Basilio el Grande: Protríptico del santo bautismo 9
San Gregorio de Nacianzo: Sermón sobre el santo bautismo 29
San Gregorio de Nisa: Para la Fiesta de las Luces 85
San Juan Crisóstomo: Primera instrucción a los catecúmenos 107
San Juan Crisóstomo: Segunda catequesis 129
San Juan Crisóstomo: Sermón a los neófitos 151
San Juan Crisóstomo: Conversación con Nicodemo 165 
Capítulo
Capítulo
"Como Cristo, que lo concede, el Bautismo recibe diversos nombres pues se busca saborear, llamándolo con diversos nombres, aquello a lo que se está apasionadamente ligado. La extrema alegría que se siente por haberlo recibido y la multiplicidad de los aspectos del beneficio que otorga explican esta multitud de vocablos.
Se lo llama el Don, el Favor gratuito, el Baño, la Unción, la Iluminación, la Vestimenta de Inmortalidad, el Agua de la regeneración, el Sello de Dios y otros términos igualmente honoríficos que se puedan encontrar.
Es un Don, ya que ningún acto lo merece, y una Gracia de la que se es también deudor; un Baño en el cual el pecado es enterrado; una Unción, por su carácter sagrado y real, que son los dos títulos que justifican la unción. Una Iluminación, por el resplandor que da; una Vestimenta, revestida para ocultar la vergüenza; un Baño que lava verdaderamente; un Sello que protege y que simboliza el soberano dominio de Dios.
Los cielos se alegran por él y los ángeles lo celebran porque nos hace participar de su esplendor. Es la imagen de la beatitud celestial. Y nosotros, que queremos cantarlo, no podemos hacerlo con el brillo que es menester." (Del Sermón sobre el santo bautismo, de San Gregorio de Nacianzo)