¡ Vacío !
La espiritualidad oriental cristiana encuentra su máxima expresión de alabanza en el misterio de Cristo-Dios que, por amor al hombre, desde su encarnación hasta la muerte de Cruz (Fl 2, 5-8) lo libera del pecado; luego en el Cristo resucitado, la transfiguración en el monte Tabor. Otro elemento teológico es la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, fuerza divina operante en el hombre para su diálogo con Dios Padre y, además, el culto a la Madre de Dios. Todos estos elementos constituyen un mismo camino para orientales y occidentales.
La fuente de la teología y de la espiritualidad oriental (bizantina y eslava) tiene su punto de base en la Sagrada Escritura, en la tradición primitiva cristiana, en los Padres de la Iglesia (san Ignacio de Antioquia, san Basilio, san Juan Crisóstomo, san Juan Clímaco, etc.), en la tradición del monaquismo, en la Liturgia y en la contemplacIón mística. La espiritualidad occidental actual conserva fielmente toda aquella tradición del primer milenio cristiano, enriqueciéndola con nuevas interpretaciones.
