La vida de un hombre es un verdadero entramado de tejido entre lo que gratuitamente otorga el Señor y lo que libremente va dibujando el hombre en sí mismo, pues “vivir es componer la propia historia, es estudiar sobre su trama, es dar vida a una canción”, dice el autor de este trabajo, resumiendo en estas ideas todo lo que también será la trama del escrito, tan testimonial como claramente intencional, pues revela el objetivo de ayudar a las personas a encontrar la salud espiritual más allá de los condicionamientos y las contingencias existenciales de su historia personal…
Con una gran intuición pastoral frente a la angustia existencial del hombre de hoy y con una óptica agustiniana, el autor va proponiendo, poéticamente, los medios o “lugares de costura”: los amigos; la oración y los sacramentos…
Recomponer al hombre haciendo que sus malas experiencias no lo descosan sino, antes bien, sean motivos de una nueva confección, lleva al autor a proponernos un camino hacia la interioridad…
La sencillez de un entramado, tejido amorosamente, nos habla de la profundidad de una tarea que lleva la vida en aquello que realmente merece perdurar; pues allí, en lo más íntimo y puntual, se encuentran los dos artífices del sentido de una historia personal, Dios y su criatura.
Juan José F. Milano.