Papiros, estelas, templos y estatuas no dejan de hablar de los dioses de Egipto y ofrecen innumerables enseñanzas sobre el tema. ¡Pero qué desorden en tanta abundancia! El hombre moderno, acostumbrado a la unidad del individuo (incluso el Divino...), suele sentirse muy confundido ante esta multitud de seres sublimes cuyas características fluctúan según las fuentes. En cuanto a la apariencia de estos seres, una de cuyas virtudes es precisamente la facultad de transformación, es aún más engañosa. Son pocos los que se contentan con una sola función. Muchos se declaran el Único desde el primer momento. Además, los dioses no permanecieron inmutables durante tres milenios de historia. Polimorfos y polivalentes, nos parecen incomprensibles. Y, sin embargo, existen y responden a una coherencia. Porque había que actuar: los dioses necesitan a los hombres, y la seguridad de éstos depende enteramente de la buena voluntad de aquéllos. Esa acción es el ritual: palabras y gestos eficaces, pero fugitivos. En pos de esta eficacia, el teólogo local manipulaba dioses y mitos, combinaba nombres, funciones y apariencias de los seres imaginarios, conjugaba las tradiciones ancestrales de su ciudad con los últimos hallazgos de los colegas ritualistas de la ciudad vecina, glosaba un viejo papiro descubierto en la biblioteca del templo, a la luz de las ideas del momento y del objetivo que se debía lograr. Para comodidad del lector, hemos ordenado hechos, ejemplos y reglas según un plan que puede dar la impresión de una sociedad divina homogénea y fuera del tiempo. Se trata de una ilusión peligrosa, pero este peligro es el precio que debe pagarse si se quiere penetrar en este mundo desconcertante y orientarse en el laberinto divino del antiguo Egipto.
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Indice | Introducción 9 Capítulo I. Fuentes y estado de los conocimientos 11 I. Las fuentes 11 II. Reseña histórica de los estudios 17 III. Algunos conceptos 22 Capítulo II. El mundo de los antiguos egipcios 27 I. La realidad geográfica y social 27 II. El hombre 32 Capítulo III. Los dioses y su universo 41 I. La aparición de los dioses 41 II. La naturaleza divina 45 III. El espacio y el tiempo de los dioses 53 IV. Lengua y subsistencia de los dioses 59 Capítulo IV. La apariencia de los dioses 63 I. Formas y transformaciones 63 II. El cuerpo divino 65 III. Las actitudes y los atributos 71 IV. Imágenes para leer 75 Capítulo V. La sociedad divina 79 I. El modelo familiar 79 II. Las compañías divinas 83 III. Jerarquía y reclutamiento de los dioses 86 Capítulo VI. Las funciones divinas 95 I. Los actores de la creación 95 II. Los procedimientos cosmogónicos 103 III. La organización del Universo 108 IV. Funciones particulares 116 Capítulo VII. Los dioses y el mundo de los hombres 123 I. Los medios de comunicación 123 II. La presencia divina sobre la Tierra 127 III. Los dioses y el rey 128 IV. Los dioses y los individuos 130 Capítulo VIII. La geografía y los dioses 133 I. Ciudades y dioses 133 II. Los dioses y las provincias 136 III. Los dioses de las marcas y de las fronteras 139 IV. Los dioses venidos de otros lugares 143 V. Dioses de Egipto fuera de Egipto 146 Conclusión 149 Bibliografía 153 |