Hace muchos... muchos años nací en Viena, capital de un país lejano, llamado Austria. A mi abuela le encantaba contarme cuentos y yo le pedía que me los repitiera una y otra vez. A los ocho años vine con mis padres a Buenos Aires; como no entendía el castellano, me sentía muy sola, pero tenía los libros de cuentos que había traído. Cuando empecé a hablar castellano tuve nuevos amigos en la escuela, pero seguí fiel a mis viejos amigos, los libros. Pasó el tiempo; estudié en la Facultad de Letras y trabajé. Me casé, tuve hijos y quise transmitirles desde pequeños mi amor por los cuentos. También, igual que todas las mamás del mundo, inventaba los míos. Un día tuve ganas de escribirlos, pero no salían como yo quería. Rompí muchos papeles hasta que busqué un Taller de Literatura Infantil. Poco a poco mis cuentos comenzaron a publicarse en revistas infantiles. Junto con Paulina y Pirucha, dos compañeras del Taller, descubrimos el mundo maravilloso de las leyendas y los cuentos folclóricos. Estdiamos, investigamos y publicamos Leyendas argentinas, libro que ganó un premio, y más tarde Leyendas americanas. Después, entre otros, salió El cabrito negro, y ahora están Joco, el mono, Juan y Paula en la granja, Pacho, el oso, Fito, el perro, Ron Ron, el gato, Doro, el potrillo y Trip y Trap.