A veces da la impresión de que el mundo nuestro es como un gran río, indetenible y poderoso, pero que no tiene muy claro su destino. [...] Puede que el mundo -el río- haya sido siempre el mismo, que sólo haya cambiado el agua donde nos bañamos, pero parece nueva esta urgencia de conocer la desembocadura, esta necesidad de terminar con la noche. La obra, la doctrina, la experiencia de san Juan de la Cruz hacen de dique en esta navegación incontrolada en procura de que el agua repose, mire a su cielo y reponga desde él su costumbre de avanzar con sentido. Fray Juan tiene estrellas suficientes para enseñarnos a vivir sin miedo la aventura de ser nosotros libres y, sin embargo, atareados, insomnes hasta desentrañar la sombra que llevamos. Fray Juan tiene a Dios como una brújula constante en la cartografía de su magisterio, y sabe de lunas y crecidas, de reposos y tormentas. Nuestros pueblos de Hispanoamérica, tan llenos de ríos asustados por la silueta de los viejos tiempos, tan necesitados de llegar a la alegría, deben conocer la recomendación a la esperanza de un Juan de la Cruz deshecho en gozos: Tener a Dios por gracia es bienquererse: tenerlo también por unión es comunicarse. [...] Maximiliano Herraíz, doctor y carmelita, nos ofrece hoy su Unión con Dios, gracia y proyecto (Catecismo sanjuanista), cuyos derechos generosamente regala para Hispanoamérica con el único fin de que estos pueblos se sientan también favorecidos en la comprensión de su magisterio. Pedro Villarejo O. C. D. D. Provincial en la Argentina
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Indice | Prólogo 3 Introducción 7 Capítulo I Dios, misterio de comunión 9 Capítulo II El hombre, destinatario y agente de comunicación con Dios 23 Capítulo III Jesucristo, presencia de Dios al hombre y del hombre a Dios 45 Capítulo IV El camino de la unión 59 Capítulo V La unión fruitiva con Dios 101 |