Quien quiera mantenerse fiel a sí mismo necesita cambiar, ubicarse constantemente en las cambiantes situaciones humanas y del entorno. ¿No sucede muchas veces que, abrumados por nuestro propio trabajo, por el afán de cambiar una y otra vez, nos olvidamos de que Dios cura nuestras llagas y heridas, y las transforma? Transformación significa que, con nuestras enfermedades, preocupaciones, conflictos y sueños, se nos dan nuevas oportunidades para la vida y la autenticidad. Retomando las experiencias psicológicas y de espiritualidad de los antiguos monjes, en la consulta a C. G. Jung y en la visión de los cuentos, Anselm Grün descubre nuevamente la espiritualidad de la transformación. En lugar del intento de cambiar y modificarse con violencia, propone el desarrollo de la persona por medio de la confianza en Dios, un cambio que integra también lo sombrío de nuestra existencia.