El tema de la educación es clave para comprender las raíces de una sociedad que, según se observa, no da soluciones a los grandes problemas humanos. La existencia cotidiana así lo demuestra, más allá de cada individuo. Esto merece la mayor atención con respecto a la realidad que vive el mundo. ¿No es acaso fundamental que los jóvenes conozcan otra clase de educación, cuyo valor radique en que las personas sean correctas?
Miguel Ángel Caminos reflexiona sobre el papel que corresponde a los educadores, en función de que las nuevas generaciones puedan construir una sociedad distinta. Tanto la familia como la escuela deben basar la enseñanza en las relaciones humanas, y no sólo en la acumulación de conocimientos. Por eso, El sentido de educar transmite al lector la importancia de evitar que los jóvenes de hoy quedan librados a su suerte, sin que los adultos se preocupen por ellos ni por el futuro de la humanidad.