¡ Vacío !
Como decimos en Los otros creen que no estoy (Lumen, 2005), nuestra investigación revisando y cuestionando los conceptos básicos sobre el autismo y otras psicosis infantiles sigue en curso.
En este libro, se aborda el autismo desde la teoría psicoanalítica y desde la propia experiencia clínica. Para la labor del profesional, es tan importante la teoría como lo que pueda aportar la clínica ya que, como dijo Salomón Resnik (1981), hablar del autismo en términos de experiencia sirve para transmitir aquello que uno piensa, aquello que uno hace, aquello que uno ha sentido, aquello que se ha aprendido de la experiencia como tal.
Es importante re forzar la teoría de que el autismo es una psicosis. Se le debe quitar la condición de intratable, de degeneración o de puramente orgánico. Si no es considerado de esta forma, el niño autista se transforma en un desecho o es sometido a condicionamientos al estilo pavloviano.
También hay quienes consideran que no es una patología, sino que son “niños de Dios”, “seres azules”, “niños índigos” o “niños cristal”. Esta posición es igual de errada, pues se deja de lado que su aparato psíquico se está defendiendo de un mundo que lo aterroriza y que sufre mucho. Tomar como don o talento algo que en realidad es un calvario sería una grave equivocación.
Entonces, el objetivo, a pesar de lo que muchos detractores del psicoanálisis piensen y digan, no es desconsiderar el bagaje orgánico-genético de estas personas, sino lograr un entendimiento mucho más holístico de la patología, en la que toda la cadena familiar está afectada, siendo el niño la resultante de ello.
