La cultura actual bombardea a los jóvenes con imágenes y mensajes que se centran en la satisfacción inmediata: Toma lo que quieres, y hazlo ya. La alternativa parece aburrida, negativa, limitante. Si se propone la abstinencia como opción, las razones que se esgrimen a su favor son el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual o de un embarazo. Y cuando los adolescentes y jóvenes cristianos piensan en las relaciones sexuales lo hacen con la idea de que para la Iglesia "el sexo es malo". Y esa idea no atrae a casi nadie. ¿Hay otra forma de verlo? ¡Sí! La castidad es una alternativa, de hecho, la mejor. A través de la castidad, todos (hombres, mujeres, jóvenes, adultos, solteros y casados) podemos experimentar lo mejor que Dios ha puesto en nosotros. Se plantean multitud de preguntas en torno a este tema tan vital: ¿Hasta dónde se puede llegar? ¿Qué sucede con la pornografía? ¿Qué pasa si ya he mantenido relaciones sexuales? ¿Cómo puedo lograr sentirme verdaderamente libre? ¿Es posible la castidad? ¿Qué sabe la Iglesia de sexo? Los autores de este libro, de gran experiencia en el campo de la educación sexual, responden con historias de la vida real y consejos prácticos para demostrar que sólo la castidad nos permite enfocar las relaciones sexuales con la libertad que conduce al amor verdadero.